Entre las 40 toneladas de basura que los burgaleses dejamos en la última fiesta del parral hubo quien que se cagó en todo, por tener que pasarse todo el día recogiendo lo que otros tiran; otros que aprovecharon la oportunidad para ver si entre tanta borrachera, revolcones y jolgorio los euros o las carteras quedarían olvidadas al igual que los besos dados... y hubo quien entre zapatillas huérfanas, toallas deshilachadas y hasta un solitario colchón, buscaba y recogía uno por uno los tapones de las miles de botellas desperdigadas con el fin de seguir colaborando con la causa de Sergio Izquierdo. Chapeau!
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