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jueves, 9 de abril de 2020

COVID19_día28

Burgos 09 abril 2020 ©Tomás Alonso
Ya no hay cajón que se le resista. Ni tampoco altura insalvable a la que subir.
El benjamín de la casa se las ingenia para abrir, y no siempre cerrar, subir, bajar, probar... Está en ese momento en el que tiene que probarlo todo y estos días de confinamiento intensivo en casa están dando sus frutos a pasos agigantados. He podido contabilizar como tres o incluso cuatro enchufes y cableado que ha dejado inservible después de las múltiples pruebas de mete-saca, tira y afloja. Ya hay inutilizado también uno de los teléfonos fijos y el mando a distancia sobrevive a sus últimos coletazos porque ya no existen unas estupendas fundas que conocí en otras épocas y que ahora no ha habido forma de encontar. Muchas cajas de juegos tienen doble abertura, en el mejor de los casos en los que todavía exista la caja, y son numerosos los que se han quedado incompletos o desparejados. Está sobrevalorado el pintar en papel y la innovación sobre distintos soportes resulta sorprendente día a día. El palo de la escoba dejó de ser recto en el último rescate de coches de debajo del sofá y el cajón de las cazuelas le hace seria compertencia al de los legos. De inusual resistencia a su deditos están resultando los CD´s, especialmente el de SopaRisa y "Canciones y Paseos" de Diego Galaz, a los que el cuentakilómetros ya no sé ni cuantas vueltas habrá dado. Y que decir de la primera fila de libros que sin saber todavía leer ha hojeado, sobado, tirado, apilado en forma de escalón para llegar a la siguiente...
Podría hablaros también de sus primeras frases geniales de lengua de trapo, su destreza con la cuchara y el tenedor, sus primeros pinitos con/en el orinal, lo bien que duerme por las noches (creo que de agotamiento), sus miradas cómplices, los abrazos interminables de besos y pedorretas que sí que nos podemos dar, las risotadas en familia que provoca y lo graciosejo que está haciendo la gimnasia de mantenimiento... Pero eso lo dejamos para otro día.